Qué pasa en el cerebro de un niño cuando juega con sus padres
Los
momentos de juego compartidos entre padres-madres e hijos/as tienen
muchos beneficios en cuanto al punto de vista emocional y
neurológico.
En
primer lugar, ayuda a los peques a desarrollar la imaginación y
creatividad, traspasando los límites físicos y generando una
sensación de libertad. Al mismo tiempo, les ayuda a disfrutar, a
calmarse, a liberar estrés, etc. También favorece la creación de
normas y reglas de funcionamiento, la resolución de problemas y el
vínculo con otras personas.
En
definitiva, jugar genera diferentes cambios a nivel neuronal,
favoreciendo la liberación de diversas sustancias que mejorar el
desarrollo físico, cognitivo y emocional.
Lo
cierto es que las altas demandas que se establecen en la sociedad
tanto para los adultos como para los niños/as, dificultan encontrar
tiempo para jugar. Por eso, es importante buscar un hábito de juego
que ayude a respetar el espacio/tiempo para lo lúdico, al igual que
hacemos con los estudios o el trabajo.
Si
os ha gustado este tema y os interesa saber más podéis leer el
artículo completo aquí: ARTÍCULO COMPLETO
Ahora
que conocemos todas las ventajas de jugar en familia, os animamos a
convertir en rutina vuestros tiempos de juego. Podéis usar los
juegos tradicionales, manualidades o
dar rienda suelta a la imaginación y crear vuestros propios juegos.
Os
queremos invitar también a visitar el apartado de Mindfulness
Familias de la bitácora de nuestra web
(https://elisabetfisas.com/es/bitacora/?categoria=34)
donde encontraréis juegos basados en mindfulness para disfrutarlos
en compañía de los peques.